Entre el eco y la voz
—Cuaderno de Apuntes—
«LUP-DUP»
Vivir del arte en el XXI
Desde aquí queremos denunciar algo importante, para los más suspicaces diremos «publicar en abierto» el hipersensibilizado latido de un estado alarmante sobrecargado de hechos intranscendentales, pero también de detalles significativos, si se detiene uno a pensarlos, claro está.
Somos un colectivo de artistas que practicamos el arte por amor al arte. ¡Qué fantástico! ¿Verdad?
Eso exclaman los que admiran y valoran el ARTE. Al menos, eso es lo que debemos pensar, pero la triste evidencia es que no lo sienten tanto como para comprarlo —sea en su versión original (VO), sea en una original version (OV)—, si no va avalado, eso sí, por un hecho fastuoso o un personaje de renombre.
¡Qué triste, señores/as! Pero ¡qué triste es ningunear el arte como el divertimento de unos pocos! A simple vista, oficio de chalados, cuando en el fondo ofrecemos grandes dosis de pulsaciones tonificantes para un estado enfermizo y malsonante.
Poderse tomar dos cervezas a nuestra salud, oír el ruido y seguir sintiendo el peso de las monedas en el bolsillo siempre será más tentador que adquirir el dibujo, la fotografía, el disco o el texto de un amigo, aunque con esas monedas sepan que hacen a su “amigo” un poco más feliz.
En fin, como dice un desoído, ignorado, ninguneado y desmentido refrán, que al parecer nosotros lo único que hacemos es confirmar una vez más, ¡cuánta hipocresía! Pero ¡cuánta hipocresía hay, especialmente entre los allegados!
Contra esa taquicardia de soplo “inusual” no cabe más que continuar el ejercicio artístico y animarles a adquirir alguna de nuestras obras, aunque sea de forma “inusual”, también.
Y si rehúsan hacerlo, ¡Salud!
¡Salut i forÇa al canut!
No por eso dejaremos de apreciarlos.
Nosotros seguiremos ejerciendo el arte por el arte, puesto que, con pan o sin pan para comer, nos sentiremos vivos.
Lo más lamentable es que entre ambas maestrías —la de ustedes y la nuestra— algo valioso e importante se pierde en la sociedad; su pulso cultural.
¡Dup-Lup!