Un libro «VOBook» tiene sus cuatro dimensiones: una para el encuentro con sus destinatarios en espacio y tiempo reales (la librería, la biblioteca y/o la estantería), otro que enumera el elenco de autor/es junto a una breve biografía (la cubierta), una más que oculta entre sus páginas el sudor intelectual del trabajo autónomo de los mismos, en versión original (las páginas) y el último, el más invisible, el que aúna las diferentes voluntades en aras de ese objetivo, a todas luces superior: el lector.
Sin embargo, posee una dimensión más: cierta imagen prenatal que lo transforma en un libro en 5D, aunque su impresión siga siendo en 3D.
Desde ese lado todo es posible y pudiera llegar a expresar algo más que un proyecto de libros vitales.
Un mero capítulo podría convertirse en la mejor prueba de fe del hombre en sí mismo, en la vida, en el mundo. Su visión podría iluminar el borrador de un cuaderno de dibujo y éste, a su vez, dotarlo de otras lecturas hasta convertirlo en una pequeña demostración del pulso de la constante cosmológica que late entre sus líneas.
¡Qué decir de una partitura que lo acompañe!
Con ella podríamos perpetuar en los escenarios del teatro y la farándula, incluso en la gran pantalla, el sonido de la respiración menos cartesiana, y configurar así revolucionarios quintetos de cámara que enriquezcan la vida intelectual y espiritual del país.
En resumen, un guion cultural ambicioso, pero no un proyecto imposible. ¡Hay tanto talento desaprovechado en este país! Algo debemos hacer con él. ¿No creen? … No es una falacia, por tanto, que un libro ‘VOBook‘ sea como es en forma y contenido.
La editora.
María Elena González Rodríguez
